martes, 1 de abril de 2014

Historia de una cafetería

Érase una cafetería en mi barrio que atendía de forma regular pero sus cafés y pasteles eran insuperables, además de que el lugar era sencillo pero bonito.
Un buen día, el jefe de dicha cafetería echó a los camareros a la calle. No es que fueran extraordinarios en su trabajo, pero decididamente eran mejores que los nuevos que les sustituyeron.
Para colmo se redecoró el lugar... Si es que se puede llamar así a lo que hicieron.
Parece increíble cómo todo puede echarse por la borda en un par de días.
Una clienta nos recomendó otro lugar y cuando fuimos allí...
IMAGINAD NUESTRA SORPRESA AL ENCONTRARNOS EN LA NUEVA CAFETERÍA CON LA CLIENTELA DE LA VIEJA!!!
Unos habían ido porque les habían recomendado el nuevo sitio (como nosotros) y otros porque les habían hablado de los nefastos cambios en la primera cafetería.

Conclusión: las recomendaciones son IMPORTANTISÍMAS.

Es por eso que trato de dejarle mi manuscrito de EL ORO DE LA DIOSA a todas las personas que se cruzan en mi camino.

He decidido que mientras consigo que alguna editorial seria lo publique lo mejor no es guardarlo en un cajón,  sino moverlo.
Que cuantos más lo lean, mejor.

¿Quién sabe si alguien que aparezca en mi vida por un breve espacio de tiempo llegará a recomendarme?